-Gracias por seguir mis pasos,(:

viernes, 7 de enero de 2011

Cuanto menos peso lleves, mas lejos vas a llegar.


Nunca imagine lo bien que se sentía dejar las cargas hacia un lado del camino y dejar mi mochila mucho mas ligera, estaba cargada de piedras que innecesariamente deje que colocaran en mi.

Había caminado días por este camino, comencé mi viaje por este sendero feliz, con ilusiones y esperanzas, ansiosa por lo que iba a encontrar al final del camino. Todo mi alrededor estaba lleno de vegetación, enormes  arboles con ricos fruto colgando de algunas de sus ramas, el sol brillaba en lo alto y cuando sentía un poco de calor las nubes rápidamente se amontonaban y ocultaban al sol tras ellas.
Todo era simplemente perfecto, este viaje de seguro lo realizaría sin problemas, pensé.

Mientras recorría mi camino me alcanzo por detrás un chico muy rápido, era muy rápido, era sonriente y se veía muy alegre. Me dijo que había iniciando su travesía hace muy poco al igual que yo, pero a diferencia de mi el iba muy deprisa, tanto que ni se detenía un momento a admirar el bello paisaje que nos rodeaba. También me dijo que este camino era demasiado corto y pasaban muchas personas por el, por lo que se apresuraba para llegar antes que el resto a alcanzar lo que ha de encontrarse al final del camino.
Se despidió de mi, pero antes coloco una piedra en mi mochila, dijo que era para recordar que fuera lista y no me confiara de nadie.
Me dejo el peso de la ambición.

Seguí caminando, pero esta vez un poco mas rápido, pues también quería encontrar antes que e resto lo tan maravilloso que hay al final del camino. En dirección contraria revise a un hombre, cuyo rostro se notaba tristeza y cansancio. Al llegar donde el me dijo que venia de vuelta de aquel lugar y que no encontró lo que tanto esperaba, que todo había sido en vano.
Al final del camino encontré un extenso prado, toda la gente sonreía, el chico de antes me dijo:
-ben, vamos a ser felices por un tiempo.

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